Athletic: El futuro de Valverde y la falta de empatía del club con Raúl García

La última semana de competición de la temporada tiene el Athletic en el alambre. De funambulista. El equipo necesita ganar en el Bernabéu para aspirar a una plaza en la Conference League -no gana al Real Madrid como visitante desde 2005- pero incluso ese triunfo le dejaría fuera si Osasuna gana al Girona. El Athletic llega a la última estación cargado de dudas y demandando explicaciones antes de uno de los veranos ligueros más cortos de los últimos años pues la Liga 23-24 comenzará el 12 de agosto.

La composición de la plantilla venidera y la forma en que se ha gestionado el futuro de varios jugadores es una de las aristas que agujerea la red que ha querido tejer la Junta Directiva. Es curioso que en la primera temporada de la historia en la que presidente, entrenador y capitán comparecen juntos para cantar que el objetivo del curso es regresar a Europa el club decidiera renovar al entrenador en febrero, con la pelea todavía muy viva.

Valverde (350 partidos como entrenador en el Athletic) se presenta en la última jornada con el objetivo más lejos que cerca. ¿Y si el Athletic no entra en Conference League? Habría mucho que hablar pues a expensas del resultado del Bernabéu el equipo ha sumado 4 de los últimos 21 puntos en juego.

El ambiente está viciado en varios rincones de la gestión. Por ejemplo, es sintomática la escasa empatía que ha tenido la entidad con Raúl García, que se presentó en San Mamés la última jornada sin saber qué será de su futuro. Hace semanas que dejó claro su intención de seguir y se mostró abierto a una negociación. La dirección del club, sin embargo, parece contemplar un escenario cargado de condiciones. Quizá no hubiera estado de más habérselo hecho saber con tiempo. Por señorío, dignidad y respeto.

El de Zizur ha cumplido 8 temporadas en el primer equipo (337 partidos) y es el tercer jugador de LaLiga con más partidos en el torneo porque a los 271 que ha disputado con el Athletic hay que sumar los más de 300 que hizo con Osasuna y Atlético. Raúl García preparó el posible y dolido adiós de manera discreta. Antes de comenzar ante el Elche un partido que de inicio le tuvo en el banquillo el futbolista se fotografió al borde del terreno de juego junto a su mujer y sus dos hijos, Vega y Alex. Y al terminar el encuentro acompañó en un segundo plano a Balenziaga, protagonista de la noche en la única despedida oficial organizada por la entidad.